2.03.2011

Los locos nunca se van...

Loquita este es principalmente por ti, porque no sé decirlo de otra forma, y porque te quiero.


Los amigos, aun sin saberlo, salvan vidas... Los míos me la han salvado más de una vez y sospecho seguirán haciéndolo aún sin darse cuenta, puedo decir sin lugar a dudas que tengo lo mejor de esta vida y no estoy sola, aunque a veces así me sienta.

La soledad es una cabrona. Sí, lo digo tal cual, por que sino te sujeta por los pelos y te arrastra por el suelo, te toma por sorpresa y te amarra los tobillos hasta que te vas de boca al suelo. No te deja caminar. Creo al final la cabrona esa va de la mano con la hija de puta de la envidia, esa cosa verde y babosa que te toca y ya valiste, no hay forma de quitarte lo pegajoso hasta que te bañes y su tacto se te escurra como agua. Estas dos hijas del mal creo son el par de “hermanas” odiosas y nefastas que siempre, o casi siempre nos topamos en la vida acompañadas de sus amigos los muertos, esqueletos sin alma que se le pegan a uno hasta quitarle la vida y convertirlo en una sanguijuela también. Los malditos muertos del closet, los “amigos” que lo arrastran a uno y no lo dejan avanzar, los que se vienen con uno en la maleta y sólo traen el recuerdo de un sinsabor. A esos no los quiero cerca y gracias a Dios ya no son, es más casi ni los recuerdo.

Desafortunadamente para mi ha habido un par de muertos literales que aun me duelen en el alma, ni modo… se les extraña. Por otro lado estoy muy consciente que sin ellos y los vivos tampoco estaría aquí, esto lo digo de manera física y metafórica, aun así me acuerdo de ellos y sonrío, recuerdo los partidos de ajedrez, los cuadernos llenos de letras y palabras… y de los vivos… Bueno… lloro sólo de pensarlo. A mis amigos los quiero como hermanos y los cuento con el alma, no importa el tiempo, no importa la distancia. Este ultimo año, particularmente difícil, me sentí tan sola que hasta hueca me quedé, pero debo reconocer que sin eso no me habría dado cuenta de lo grande que es mi vida, no por que yo lo sea, en realidad no me considero una persona importante, es sólo que estoy rodeada de bellezas tan peculiares que creo pocos han tenido tanta suerte como yo. Son pocos los que se codean con los grandes como lo he hecho yo.

No corro cuando hay problemas, no soy de las que abandona el barco como las ratas. Me quedo y me quedo tanto como sea necesario o me dejen estar. El problema viene cuando no sé verbalizarlo de otra forma que no sea esta, pero así es. El hecho de que esté lejos no quiere decir que no los piense, no los sienta, no los quiera, no llore con y por ustedes, los extraño. Siempre los extraño, pero nunca me han dejado. Están conmigo todos los días y aunque a veces me vuelva ciega, verde, un muro, me arrastre o simplemente esté en uno de esos días en los que me siento como bolsa de basura, esp no quiere decir que no los quiera y que no estén aquí conmigo. De alguna u otra forma los veo en todos lados, al final siempre imagino que les gusta o que los hace reír, los amigos se conocen, ¿o no? Y yo los quiero, los quiero con el alma, a veces no lo digo suficiente y demostrarlo ya ni se diga. No a todos los abrazo, ni beso, pero esas son distancias salvables cuando el cariño existe, la distancia nunca importa, o de menos a mi después de tanto viajar terminó por no importarme.

Esta semana sólo digo que me quedo, que no soy verde, no soy gris. Estoy viva con, para y por ustedes y los quiero por eso. Lo digo así por que están lejos, pero están entre mis brazos, en mis ojos, en mi mente y en mi piel, me hacen yo. Al final, siempre somos un conjunto de lo que nos llena.

Los amigos aún sin saberlo salvan vidas y los míos me van a hacer inmortal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La locura va bien acompañada de palabras,
la soledad y la amistad también ...

¡Qué bonito es lo bonito!

¡Excelente foto!

Blue ghost