12.25.2010

La espera

(¡...!)

El universo de las palabras a veces se queda corto. Es difícil comenzar a hablar de algo que es tan mío, que incluso yo misma a veces no entiendo y me da miedo. Hay momentos, personas y lugares que nos cambian la vida, comenzamos a verla y referirnos a ella como un "antes de..." o "después de...".

Su nombre llegó a mi vida junto con el sonido de una campana. Fue apenas escucharlo para presentirlo y saber que sería parte de mi. Pasados los días, los meses e incluso los años, se convirtió incluso en mi vida misma. Mi antes y después. Apenas con un océano de por medio y miles de kilómetros en tierra se puede atenuar la sensación. Nunca soporté la idea de estar físicamente tan lejos y tan cerca, es mucho más fácil vivir con las metáforas a veces.

Hace dos años llegué a Madrid, ¿lo que me pesaba?... No haber podido despedirme, no haber podido abrazarlo y no haber podido decir tantas cosas, que gracias a la tecnología él ahora ya sabe. Como se lo he dicho un millón de veces, a él lo siento, y podría jurar que lo conozco desde él fondo, su naturaleza y su esencia. Después de diez años nos ha pasado de todo, decisiones las ha habido buenas, malas, fáciles y difíciles, pero no fue sino hasta hace algunos meses que la idea de verlo de nuevo se desvaneció de mi mente. No que no siguiera presente, pero desistí de cualquier intento de imaginar aquel primer reencuentro, fuera en México, en Madrid, o del otro lado del universo.

Este año ha sido particularmente difícil. Me he descubierto más humana y vulnerable de lo que me habría gustado admitir, he dejado un par de esqueletos que se decían "amigos" varados en el camino y he sacado algunos otros del closet. Si uno es esclavo de lo que calla entonces creo, finalmente, soy libre. Estoy en paz. No me molesta ser vulnerable, no me da miedo llorar, y aunque me cueste decir las cosas intento hacerlo, no tengo reparo alguno en abrazar o besar a alguien cuando me sale del alma. No necesito ir pregonando mis emociones ni hacer de mi vida un espectáculo que agrade a quienes están al lado, mis decisiones son mías, y si no les parece siempre habrá algún otro mono que esté dispuesto a bailar al son de los caprichos ajenos en este circo. El ser humano es demasiado complejo por si mismo como para encima de todo enfundarse 20 mil máscaras con las que pretenda ser alguien más o que todo está bien.

Cuando supe que él venía fui muy feliz, brinque, grité, lloré... hice de todo. Comencé a escribir y de nuevo me sentí tan llena de magia como aquella primera vez en que lo vi de verdad. Me di cuenta que hubo miles de cosas que aún no le había perdonado, pese a que no las había hecho intencionalmente, y ahora con la mano en la cintura le doy manga ancha a cualquiera de hacerlas. Tal vez haya sido que yo lo haya conocido cuando apenas y tenía 19 y el alguno que otro más, pero gracias a eso sé lo que no quiero y a quién no quiero junto a mi. Supe también que las cosas han cambiado, algunos días la espera no era lo principal, apenas un vago recuerdo e incluso la irrealidad más grande de este mundo surreal. Es difícil mantenerse enfocado, siempre será más fácil darse por vencido, sobre todo cuando la historia es tan improbable.

Ahora tengo casi 30 y mi vida sigue siendo un "antes y después de...", pero ya no de él, o de menos no principalmente. Quien me conoce lo sabe, estoy casi segura que él es el hombre de mi vida y sé de sobra que no es quien me puede hacer feliz. Nadie puede hacerlo por mi, eso sólo yo sé cómo. Estoy también casi segura que no será con quien decida estar, un par de cafés ayer me dieron esa certeza. No debo preocuparme, no tengo por qué. La vida da muchas vueltas y la historia cambia constantemente, es esa música caprichosa que nos rodea y nos lleva por el mundo. No hay destino, ni bien, ni mal, lo que ves es lo que hay, de menos en mi.

Este año me gané de vuelta, resucité de entre los muertos, a un precio muy alto, pero ¡estoy viva! Lo que no mata te hace más fuerte y, después, después de todo esto en el mundo sigue y seguirá habiendo magia y esperas. Uno pasa la vida buscando llegar a ese punto a ese parteaguas que nos define como un "antes de.." o "después de.." pero es absurdo; nosotros somos ese punto. No tiene caso pretender correr para llegar a él cuando dura apenas un instante y, qué es la vida sino un conjunto de instantes. Si corres vives muy aprisa, sin disfrute, y si no te mueves la vida te pasa de largo. Seamos un punto pues, ese punto constante que tira hacia adelante o hacia atrás, ese punto que se mueve y nos mueve, desde dentro, al compás de una música elegida o ya dada. Al final no podemos retener nada, salvo a nosotros mismos.

En definitiva, hay emociones que nos se pueden definir con palabras y eso planeo demostrarlo en un par de horas que lo vea por Madrid. Gracias a él encontré gran parte de mi mundo interior y de las emociones más humanas en mi cabeza, sin él probablemente habría despertado muy tarde o, quizá, no del todo. Él lo sabe, es mi mudo, mi pared, parte de mi mundo y ... al final es él, ese ser que me llena de magia aun sin saberlo y a quien nunca he dejado olvidado en un cajón, incluso cuando su presencia me dolía más que su ausencia, por que sí, en más de una ocasión lo quise hacer. Quien sepa lo que es querer así, con toda el alma y sin pedir nada a cambio, ni permanencia, ni palabra, ni mirada sabe de lo que hablo. Esto va más allá de las palabras, no es sólo amor y, en definitiva no es enamoramiento como vulgarmente podría pensarse, es una dosis extraña de muchas emociones, algo más complicado y más extraño que sólo una espera como esta puede intentar capturar. Somos él y yo en un mismo espacio. No intentaré definirlo, así como yo soy, él es...

¿y a mi? A mi me basta y sobra con eso, con saber que existe y que está bien. Me basta con saber que de menos por un momento, lo que dura un abrazo, él va a estar junto a mi.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Medita, entiende y a aprende a vencer,
los paréntesis intranquilos que aún se mecen en el mar ...

Solo así podrás abordar
la siguiente línea con mayor tanquilidad ...

"El arte de vivir está entre líneas" ...

Tú decides como navegar sobre la delgada línea horizontal ...

Blue ghost (igs)

Anónimo dijo...

Medita, entiende y aprende a vencer,
los paréntesis intranquilos que aún se mecen en el mar ...

Solo así podrás abordar,
la siguiente línea con mayor tranquilidad ...

"El arte de vivir está entre líneas" ...

Tú decides como navegar sobre la delgada línea horizontal ...

Blue ghost(igs)